Argumento

Giovanni Buonarotti es un chico que vivió toda su vida en un orfanato y que al estar a punto de cumplir la mayoria de edad debe egresar. El es el hijo bastardo de una mujer que pertenece a la alta sociedad Laura Visconti y que fue repudiado al nacer por las causas dolorosas que produjeron su procreaciòn...Una violación.

Angelo Rossetti es uno de los solteros más codiciados de Roma, hijo de un empresario multimillonario y mejor amigo de Francesco Visconti (sobrino de Laura y por consiguiente primo de Giovanni).

Un encuentro y dos miradas que quedan prendadas la una de la otra hacen que el joven Giovanni descubra el origen de su nacimiento y que el causante de su repudio (su abuelo) se arrepienta de haberlo hecho.


Angelo, Gio y Bruno

Dante y Camilo / Pietro y Massimo

Fabio y Enzo/ personajes secundarios

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domingo, 28 de agosto de 2011

Capítulo 13: Acercamientos


                                       Capítulo 13: Acercamientos











Dante ingresó a la parte trasera del elegante automóvil que lo trasladaba. Su guardaespaldas se instaló a su lado con cara de hastío y el vehículo salió de la residencia Mancinni con dirección a Roma. El joven sottocapo, iba ensimismado tratando de convencerse de que la decisión que había tomado de ir a la zona roja de Roma en busca de aquel chiquillo, era solo para obtener información. Sí, solo lo hacía por el bien de la famiglia.

De pronto, Carlo le miró interrogante.



─¿Dove andiamo? (A dónde vamos) ─preguntó aguardando la respuesta de su protegido.



─A la zona roja ─respondió sorprendiendo a su custodio



─¿Que haremos allá? Si quiere una chica para pasar la noche, se la puedo conseguir, jefe ─ aconsejó el guardia─ A esta hora le puedo contactar una modelo, Allá en los bajos fondos solo hay putas baratas y travestis. ─el hombre hablaba y Dante lo observaba pensando en la reacción que tendría cuando se diera cuenta de que no era en una mujer en quien estaba pensando.



─ ¿Recuerdas al chico de esta tarde? ─hizo una pausa para ver la reacción de su custodio─ ¿y al ruso? ─Carlo asintió─ Quiero averiguar que se trae entre manos. No es normal que tengamos a los rusos trabajando en nuestros territorios, Carlo. Si juego bien mis cartas, ese chico me dará la información que necesito.



─ Pero, para eso no es necesario que usted se arriesgue. Si me lo hubiera dicho, yo habría ido a por el chapero.



─ Quiero ver con mis propios ojos como trabajan ─confesó Dante



─ ¿Que? No me digas que quieres aprender como se maneja la prostitución ─se burló Carlo─ su padre no lo aceptaría



─ ¡Por supuesto que no! ¿Qué crees que somos? Ese tipo de negocios son de la Camorra... A no ser de que ellos...



─ ¿Cuales ellos? ─preguntó el guardaespaldas intrigado



─ La Camorra ─respondió Dante─ No han aceptado las alzas que les ha impuesto mi padre ¿y si ellos están detrás del ingreso de los rusos a nuestro territorio?



La respuesta no alcanzó a salir de los labios de Carlo. El chofer anunció que habían llegado a su destino y comenzaron a recorrer las calles lentamente, con el objetivo de encontrar a Camilo. Pero éste no se veía por ninguna parte. Dante cerró sus manos convirtiéndolas en dos puños al pensar que el chico podría estar siendo usado en ese momento por algún hombre.



─ Detente aquí ─ordenó al chofer─ esperaremos a que el ragazzo aparezca.



Apenas se detuvieron, otro vehículo pasó por su lado y se estacionó delante de ellos. Se abrió una puerta y un cuerpo fue arrojado al pavimento. Dante observó como el bulto se fue levantando lentamente y al ser iluminado por el farol, se percató de que era Camilo. Este comenzó a caminar con dificultad, tratando de llegar al interior del burdel. No quería perderlo de vista, asi que, se bajó del auto y su guardia le siguió.

Camilo volteó a ver asustado, pero, al ver al chico lindo al que había hablado esa tarde, se avergonzó y bajó su cabeza, para tratar de ocultar su estado.

Dante intentó acercarse a él para ayudarle a caminar, pero el fuerte olor a sexo que el cuerpo del chico desprendía, le hizo detenerse. Camilo le miró y se mordió el labio, el cual tenía fuertemente lastimado y negó con la cabeza, advirtiéndole que no se acercara.

Boris salió del antro y al ver que Camilo miraba a un hombre sin ofrecerle sus servicios se molestó. Caminó rápidamente hacia él para amonestarlo.



─¿Terminaste el trabajo anterior? ─preguntó de forma déspota y al ver que el chico asentía tembloroso exigió─ ¿Donde está el dinero?



─Aquí está todo ─el chico entregó el dinero. El ruso lo contó y le entregó una mínima parte. Todo esto frente a un Dante que observaba y que estaba a punto de estallar.



Boris volteó a mirar a los hombres con un gesto ceñudo, especialmente aquel que escondía una de sus manos dentro de su elegante traje. El más joven parecía interesado en Camilo, asi que trató de sacar provecho de eso.



─¿Le interesa el chico? ─habló con su marcado acento─ es uno de los mejores que tengo. Si quiere, puedo hacerle un buen precio.



─ No ─respondió Dante─ Sólo me he detenido a mirar la mercancía ─agregó deslizando su mirada por el tembloroso cuerpo de Camilo, deteniéndose en sus ojos, percatándose así del feo hematoma que éste tenía en uno de ellos ─Me hubiera interesado si la mercancía no hubiera estado estropeada ─agregó.



Boris se tomó bruscamente el rostro de Camilo para girarlo hacia la tenue luz. El chico avergonzado bajó la mirada. Luego, el ruso soltó su rostro.



─No es de cuidado ─opinó el ruso─ a esta puta le gusta lo rudo. Incluso en su culo, aguanta dos pollas a la vez, Es lo que mejor se le da ─Agregó mirando retadoramente a Dante para luego posar su mirada en Carlo─ Ustedes son dos, podría darles un precio especial...



─¿Cuanto por lo que resta de noche? ─preguntó entre dientes el sottocapo



─ Doscientos euros, y tienes que traerlo aquí cuando termines...



─Lo llevaré a su casa después que desayunemos... somos hombres de grandes apetitos y no querrás que el chico llegue débil para trabajar ¿cierto?



─ Trato hecho.



─El dinero te lo dará el ragazzo por la mañana. Lo espero en el auto.



Dante caminó con la cabeza erguida y Carlo le siguió. Esto hizo que el ruso recordara donde había visto su rostro. Se alteró por esto y tomó bruscamente a Camilo del brazo para advertirle.



─Escucha bien, puta ─advirtió el ruso─ No quiero saber que estás dando información.



─¿Información de qué? ─preguntó extrañado el menor



─El que acaba de comprar tus servicios, es un capo de la mafia ─explicó─ así que mantén tu boca bien cerrada o tu madre sufrirá las consecuencias ¿entendiste?



─¿De qué tendría yo que hablar? Como tú mismo lo dices, soy sólo una puta y ésos, sólo quieren follarme. Así que pierde cuidado. No soy caseta de información.



Dejó al ruso en la acera e ingresó al vehículo, Dentro el hombre que acompañaba al chico de sus sueños, lo miró con cara de repugnancia y aquello le hizo sentirse mas avergonzado aún.



─¿Y ahora jefe? ─preguntó Carlo─ ¿A donde quiere que vayamos a disfrutar de la pequeña putita?



─Vamos a mi departamento de soltero ─ordenó Dante y luego se dedicó a mirar hacia afuera mientras recorrían las calles de Roma..





                                                     *********************







Pietro, había ordenado a Vito, su consiglieri, que organizara una cena para dos en uno de los restaurantes que poseía y que era uno de sus tantos negocios legales. Quería cenar con su amante ya que, al día siguiente, debía partir a Sicilia. Ahí, en la ciudad de Palermo, estaba la central de operaciones de la famiglia; por lo tanto, su presencia era requerida con regularidad.

Vito se había superado con la cena. El chef preparó lo mejor de la culinaria siciliana, acompañada de un Cerasuolo de Vittoria, el mejor vino de la isla. Mientras cenaban, ambos hombres conversaron sobre los acontecimientos que habían sucedido durante la tarde. De vez en cuando, Massimo desviaba la mirada para mirar al violinista que se paseaba entre las mesas, tocando melodías románticas.



─Estás distraído ─susurró Pietro─ ¿Todavía estás molesto porque te besé en tu casa?



─ No, no es eso... sabes que puedes besarme donde quieras ─contestó el empresario algo avergonzado─ es sólo que me preocupa Angelo. No le gustó que fueras el padre de Gio.



─Déjamelo a mí, amore. Has sido demasiado blando con él...



─Es mi único hijo...



─Tienes a Gianina ─le recordó el capi



─ Lo sé, pero es ella quien no se acuerda de nosotros. Desde que cumplió su mayoría de edad, decidió dejar los estudios e inició una carrera de modelo que impide que la tengamos en casa. Lo único que me queda es Angelo...



─También me tienes a mí, Massimo. No se te olvide ─advirtió Mancinni─ Sé, por experiencia propia, que nuestros hijos nos traerán de cabeza, pero, nosotros también tenemos derecho a ser felices...



─Lo sé y a veces me da miedo sentirme tan feliz ─confesó el empresario compungido.



─¿De qué tienes miedo? ─preguntó Pietro intrigado, temiendo que su amante estuviera en problemas.

─Tengo miedo miedo de perderte, de que un día de estos algún enemigo tuyo decida asesinarte...



─Eso no pasará, amore mío. Tengo un excelente equipo de seguridad y todos ellos están muy bien entrenados...



─No puedo evitar preocuparme, Pietro. Aún recuerdo aquel tiempo en que los napolitanos le habían puesto precio a tu cabeza...



─Y terminaron cocinados ─interrumpió Mancinni─ Los camorristas asesinaron a mi familia porque tuvieron miedo del poder que mi padre había adquirido y ahora no pueden tocarme, mi querido Massimo.



─No entiendo...



─Cuando mis padres contrajeron matrimonio, se unieron las dos mafias más poderosas de Italia... La ´Ndrangheta y la Cosa Nostra. O sea, mio caro, se unieron Calabria y Sicilia y por lo tanto, la Camorra, debía pagarnos derecho a ambos para poder transportar sus mercancías. Asesinar a mi familia, fue una forma que encontraron para romper el lazo que unía a ambas mafias y para eso, contaron con la ayuda de los jefes de la mayoría de las familias de la Cosa Nostra. Pero no contaron con que yo sobreviviría...



─O sea que tú...



─Sí, heredé el puesto de mi abuelo en la ´Ndrangheta y además soy el capi di tutti capi de la Cosa Nostra...



─Pero...



─Aunque mi participación en esa organización es más administrativa que logística. Mi primo es el que la dirige y me informa de todo.



─O sea que, Él es el que hace el trabajo sucio y tu dedicas a blanquearlo...



─El trabajo sucio lo hacemos ambos, amore mío. Porque si debo disparar a alguien, lo hago sin remordimientos... La diferencia es que él es el que encarga de que todo llegue a su destino.



─¿Tienes burdeles? ─preguntó de improviso el empresario un tanto exigente.



─¿Porqué quieres saber si tengo burdeles? ─preguntó intrigado el mafioso



─Es que...



─Lo que te voy a decir, lo oirás por primera y última vez de mis labios y no quiero que insistas con este tema ¿capisci? ─habló seriamente Mancinni y al ver un leve asentimiento de parte de su amante prosiguió─ Lo que tenemos no son burdeles en sí... son lugares que se asemejan a los table dance. No exigimos a las chicas que se vendan, solo que se muestren y que hagan gastar a los clientes, por lo cual ganan un buen dinero por hacer su show y un porcentaje por cada trago que vendan, ya sea para ella o para el cliente. Nuestra clientela es selecta y para poder ingresar a nuestros establecimientos tienen que tener una identificación especial que nosotros les damos. Con eso nos aseguramos que las chicas no corran peligro de ser forzadas a hacer nada que no quieran hacer y le cambiamos la cara a la prostitución en sí.



─Pero, eso no es prostitución... ─opinó el empresario



─En eso tienes razón... pero no significa que a las chicas no las vean como mujeres virtuosas...



─Entonces, mi más grande temor ha quedado atrás ─el alivio en la voz de Rossetti, sorprendió al mafioso.



─¿Qué? No me digas que pensaste que era otro de esos vulgares proxenetas...



─¡No!



─Tengo que reconocer, que en tiempo de mi padre, el fuerte de nuestra economía, era el manejo de la prostitución y todo tipo de tráficos... pero ahora hemos avanzado y no quiero que mi organización se vea confundida con las actividades propias de la Camorra.



─¿Nunca te has acostado con alguna de esas chicas?



─Por supuesto que no... además yo no manejo esos negocios, todo eso está en manos de mi primo ya que él es el que dirige la ´Ndrangheta... yo me encargo de los asuntos más delicados como por ejemplo, contactarme con los proveedores y los compradores, además de imponer el orden con las demás familias. También me preocupo de los casinos y los negocios legales.



Pietro se explayó enumerando y explicando todas las actividades y le confesó que a veces resultaba estresante manejar tantas cantidades de dinero. Massimo preocupado, le preguntó cómo lo hacia para poder justificar y su amante confesó que su amigo Fabio Castiglioni, lavaba el dinero en su banco, quien lo invertía en diferentes carteras.



─¿Sabías que tengo acciones en tu conglomerado? ─la información sorprendió al empresario ─Pero no te preocupes, el dinero que tengo invertido en esas acciones es legal. Nunca haría nada que pueda perjudicarte, amore.



Después de aquel despliegue de información , el empresario insistió en que Pietro se preocupara más de su seguridad.



─No quiero volver a enviudar ─le confesó─ Si algo te llegase a pasar, te juro que te sigo al otro lado, porque ya no imagino mi vida sin tí en ella.



─Olvida tus miedos y déjate amar. Somos tu y yo Massimo...



─Y Laura ─agregó el empresario con algo de sarcasmo, mientras que su amante lo miraba sorprendido.



─¿Qué quieres que haga para que dejes de estar celoso?



─ No estoy celoso ─contestó Rossetti─ Sólo que no soporto la idea de que ella pueda tratar de conquistarte, mientras que yo...



─Te seré fiel, Massimo. Nunca dudes de mí, por favor ─habló el mafioso─ Sé que no he sido un santo y que mi cama no ha estado vacía. Es más, tuve una amante por dos años, a la cual dejé apenas me enteré que Laura se fue a vivir contigo...



─¿Dónde está ella ahora?



─ En Capri ─confesó el mafioso─ es modelo, pero es una mujer con alma de cortesana, siempre está en busca de un protector que pueda cumplir sus expectativas económicas ─agregó─ Pero olvidémonos de ella, ahora estamos celebrando por nuestro futuro juntos...



Después de los postres y el café. Se dirigieron hacia la villa Rossetti. En la limusina, los hombres dieron rienda a la pasión. Pietro cerró la compuerta para tener privacidad y atacó los labios de Massimo.



─Quiero hacerte el amor aquí, mientras recorremos la ciudad ¿me permites?



El empresario no se hizo de rogar y pronto estuvo sentado a horcajadas sobre Pietro, empalado por su virilidad. Ambos dieron rienda suelta a la pasión sin contenerse en cuanto a gemidos. Massimo, había perdido los botones de su camisa, y una de sus piernas estaba completamente desnuda, mientras que la otra sostenía los pantalones y la ropa interior. El mafioso, mordía y lamía el torso de su amante, impulsando a la vez sus caderas hacia arriba para introducirse aún más, en el interior del hombre que amaba. Massimo comenzó a gemir más fuerte cuando sintió que su próstata estaba siendo debidamente estimulada y comenzó a moverse con más rapidez.



─Juntos ─exigió el mafioso tomando la polla de Massimo para estimularla.



Ambas bocas se encontraron envueltas en un beso ardiente que se volvió una lucha de lenguas y mordidas mientras que los cuerpos alcanzaban la cúspide del placer. Sólo en ese momento se percataron que la limusina se había detenido.

Se vistieron en silencio, sin limpiarse. A Massimo no le importó ya que sabía que estaban fuera de su casa y Pietro lo encontró divertido. Parecían dos adolescentes en su primera vez.



─¿Cuando te veré? ─preguntó el empresario



─Dentro de una semana, amore. Debo ir a Palermo para revisar como va todo y luego debo ir a Capri. Ahi tenemos un casino clandestino y ha reportado problemas.



─¿Una semana?, pero después es el Fashion week y estaré ocupado...



─Nos veremos ahí, tengo invitaciones y no quiero desaprovecharlas. Nos vemos y recuerda... Aléjate de las rameras, eres mío por el resto que te queda de vida ¿capisce?



Después de un último y apasionado beso, el empresario descendió de la limusina y esta partió.





                                                ********************







La limusina de Pietro traspasó la valla de seguridad de la residencia Mancinni pasada la medianoche y se estacionó frente a las escalinatas de mármol. Pietro descendió del vehículo e ingresó rápidamente a su hogar sin sospechar la sorpresa que lo esperaba. Bruno, el guardaespaldas que él había designado para su hijo menor, se encontraba esperándolo sentado en la salita que estaba en las inmediaciones de su despacho. Apenas lo vio, el hombre se levantó para saludarlo con respeto.



Buona notte, signore



Buona notte ─respondió el mafioso, extrañado por la presencia del hombre, deduciendo que había abandonado su puesto de trabajo─ ¿Qué haces acá?



─He traído a su hijo, señor ─contestó el hombre con tono firme



─¿Qué pasó y porqué no se me informó?



─El chico Rossetti se propasó con él, estaban esperando el elevador y había gente observando. Su hijo estaba atemorizado y decidí traerlo, pienso que ya no puede volver a la vía Frattina ─opinó



─¿Donde está?



─En su despacho, jefe ─respondió el escolta de forma mecánica.



─ Bien, Dile al mayordomo que prepare la habitación azul y luego, puedes retirarte a descansar.



─ Se hará como usted quiere. signore. Buona notte ─el hombre de seguridad se retiró y Pietro lo observó hasta que su silueta se perdió al doblar el pasillo.



Una vez que sintió que nadie lo observaba, cerró los ojos para concentrarse y prepararse para la entrevista que tanto temía. Aquello le provocó una sonrisa irónica ¿temer a un chico indefenso? Desechó el último pensamiento y abrió la puerta de su despacho con determinación.

El mayordomo se había esmerado. La iluminación había sido regulada para que fuera tenue y no pudiera molestar al joven durmiente que se había acurrucado en uno de los sofás. El capi sonrió al ver que solamente se vislumbraban unos pocos cabellos ya que, el chico se había aferrado a la manta con la que estaba cubierto y se había tapado hasta la cabeza. Se acercó con cautela y sacudió suavemente el hombro de su recién descubierto hijo. Gio se removió y comenzó a estirarse, produciendo sonidos casi infantiles de protesta al ver su sueño interrumpido, su cabeza se fue hacia atrás y Pietro quedó paralizado al ver el níveo cuello de su retoño, manchado por hematomas y marcas de mordidas. Se sintió invadido por una rabia ciega y explotó con un exabrupto que terminó por despertar a su hijo.



─¡Disgraziato, figlio di puttana! ─se levantó rápidamente y fue hacia su escritorio, tomó el teléfono y marcó con fiereza contenida, el número de su amante.



Gio, por su parte, se levantó con temor y al ver el rostro del hombre se acercó cautelosamente para explicar su presencia en el lugar. Tarde comprendió que la molestia del hombre, había sido encontrar las marcas en su cuello.







                                                      *******************







Massimo caminó a su dormitorio, sonriendo por el delicioso dolor que sentía en su parte trasera, se detuvo y cerró los ojos para disfrutar el lento escurrimiento del semen que Pietro había dejado en su interior y que en ese momento mojaba su ropa. Abrió la puerta e inmediatamente comenzó a desvestirse empezando por la parte superior de su cuerpo, quedando con su torso desnudo y manchado de las gotas aún frescas de su corrida. Miró su reflejo en el espejo de cuerpo entero ubicado a un costado de la entrada del vestidor y deslizó hacia abajo sus pantalones sacándoselos junto con los zapatos. Luego, se sacó los boxers de seda y los llevó a su parte trasera para limpiar el resto de semen que aun salía de su interior para así evitar manchar el alfombrado.

Todo esto fue observado por su hijo, quien, estaba sentado en la esquina más oscura de la amplia habitación y que veía con otros ojos al hombre que le había dado la vida.



─¿Hace cuanto que ese maldito mafioso te está follando? ─preguntó el joven con la voz cargada de rencor.



El hombre, al verse sorprendido trató de ocultar su desnudez y tomó la bata que se encontraba colgada.



─ No me está follando ─respondió secamente mientras su hijo se levantaba de su asiento y caminó hacia él mirándolo con fiereza.



─ ¿Ah no? ¿y el semen que aun sale de tu culo de quien es entonces? ─preguntó el joven sarcásticamente ─ ¿O es que te la meten otros también?



Massimo se acercó a su hijo y le abofeteó.



─ No permitiré que me faltes el respeto de esa forma Angelo. Soy tu padre.



─ El cual se acuesta con el padre de mi novio ─respondió el joven sobándose la mejilla golpeada.



Se produjo un silencio en donde ambos hombres se enfrentaron con la mirada y el cual fue interrumpido por el mayor.



─ Pietro y yo somo amantes y estoy enamorado de él desde hace mucho tiempo, Angelo. Ya una vez tuve que renunciar a él y no estoy dispuesto a hacerlo de nuevo. Ni por tí, ni por nadie.



─ ¿Es todo lo que me vas a decir, papá? ¿Quieres que con esa explicación yo acepte que estás relacionado con el hombre más temido de este país? ¿El hombre que ha asesinado a sangre fría a todos los que se atraviesan en su camino?.



─Sí ─respondió el mayor de los Mancinni─ por que es el hombre que yo amo y que me hace feliz y además, es el padre de tu novio.



─ Ya ─Angelo sonrió con sarcasmo y caminando en círculos alrededor de su padre atacó ─¿Y que viene ahora? ¿Lo acepto y jugaremos a ser la familia feliz? ¿tendré que ir armado? ¿aprenderé a asesinar y a sobornar?



─¡No! ─el hombre tomó a su hijo de los hombres para que lo escuchara─ El me prometió que no nos involucraría en sus negocios, hijo. Sólo queremos estar juntos ¿entiendes? Nos amamos, yo lo amo, hijo... lo amo y no quiero estar sin él ─ Massimo sin querer comenzó a sollozar y gruesas lágrimas de desesperación salieron de sus ojos, las cuales, su hijo observó atónito─ ya no puedo estar sin él...



Durante unos minutos, el único sonido que se escuchó en la habitación, era el de los suaves sollozos de Massimo. Ambos estaban en el suelo; Angelo envolviendo en sus brazos a su lloroso padre, lo mecía como si fuera un bebé para calmarlo.



─ Disculpame papá, no pensé que lo amabas tanto... yo sólo no quiero que él juegue contigo, no quiero que sufras lo mismo de hace años, cuando mi madre...



─ Él no me hará sufrir, Angelo... Pietro me ama, nos amamos desde hace mucho tiempo. Por favor, hijo, necesito que lo aceptes. Más que mal, es el padre de Gio...



─ Ese es el problema papá... he descargado mi frustración contigo porque... creo que he perdido a Gio... Tu amante en este momento, estará pensando en cómo asesinarme ─confesó con voz temblorosa.



¿Che cosa hai fatto? (qué hiciste) ─preguntó preocupado el mayor, se sentó secándose las lagrimas y miró a su hijo con preocupación.



─ Los sucesos de hoy me superaron, me sentí presionado al darme cuenta que Gio y yo éramos seguidos por un matón de Mancinni y cuando llegamos a la via Frattinna, lo único que quería hacer era dejarlo en casa y salir a tomar una copa por ahi para poder asimilar que tendría por suegro a ese hombre. Pero... Justo hoy, después de haber esperado tanto que Gio decidiera entregarse a mi.... Hoy quería... y tu me advertiste que no podia tocarlo, que Mancinni deseaba hablar conmigo primero. Traté de rechazarlo, pero Gio insistió y actuó de forma más osada y yo enfadado lo traté de forma violenta.



─ ¿Lo golpeaste? ─preguntó Massimo con cautela.



─ ¡No!



─ Entonces hijo, no hay de qué preocuparse...



─ Lo traté como una vulgar puta e incluso si su guardaespaldas no hubiera intervenido... le habría violado.



─ ¡Per Dio! ─exclamó el mayor de los Rossetti─ cuando se entere Massimo... ─El hombre se levantó y comenzó a pasearse por la habitación con nerviosismo ─ Ojalá Pietro decida hablar conmigo primero, me lo debe, soy su pareja... escucha, hijo. Pietro tratará de aclarar todo y pondrá sus condiciones y tendrás que acatarlas ─miró severamente a su hijo─ Gio desde ahora es un Mancinni y cualquier ofensa que reciba será castigada ¿entiendes?



Angelo asintió y al ver a su padre tan nervioso, recién le tomó el peso a sus actos.



─ Haré todo lo que sea necesario ─declaró─ pero no me pidas que renuncie a Gio, lo amo papá y por él sería capaz hasta de convertirme en mafioso y trabajar para Mancinni si es necesario.



Media hora después, cuando Massimo se hubo duchado, ambos Rossetti se encontraban conversando, acostados en la cama del mayor para evitar pensar en el problema que Angelo se había metido. El móvil del mayor comenzó a repicar y éste lo tomó para revisar la pantalla. El nombre de Pietro apareció y temió que su primera discusión como pareja estaba por comenzar. Pulsó el botón para contestar y miró a su hijo mientras saludaba.



Ciao, amore (hola, amor) ¿algún problema? ─Rossetti cerró los ojos para imaginar el rostro de su amante.



─Por tu pregunta, me doy cuenta que tu hijo ya te ha contado el error que ha cometido ─respondió Mancinni del otro lado tratando de no levantar mucho la voz para no asustar a Gio que lo miraba con temor ─¿que explicación te dio?



─ Que le sobrepasaron los acontecimientos y que se sintió presionado al darse cuenta que lo seguían ─explicó el empresario con voz pausada



Del otro lado, Pietro decidió poner el alta voz, porque estaba más que seguro que Gio estaba interesado en saber lo que pasaba.



─ Massimo...



─ Dime, amore...



Pietro percibió el miedo en la temblorosa voz de su amante y lamentó el no poder estar a su lado para abrazarlo y hacerle sentir seguro.



Altrimenti fosse tuo figlio, sarebbe morto (si no fuera tu hijo, estaría muerto). Te amo y prometí que jamás te haría sufrir, pero lamentablemente, ese hijo tuyo comparte sangre con la puta de tu difunta esposa y no me inspira confianza.



─ Pietro... ─la voz lamentosa de Massimo se volvió a escuchar



─ Pon el altavoz, quiero que tu hijo me escuche ─la orden fue inmediatamente obedecida por el empresario ─ Angelo ¿me escuchas?



─ Si, señor Mancinni ─respondió el joven con voz firme, cosa que gustó mucho al capo.



─ Gio tiene mordidas y hematomas muy feos en su cuello y no quiero volver a verlos ahi ni en ninguna parte de su cuerpo ¿capisce?



─Entiendo, señor Mancinni



─Estaré fuera de Roma una semana y tienes prohibido acercarte a mi hijo durante mi ausencia. Si respetas mis deseos, aceptaré que vuelvas a estar con él ¿capisce?



─ Comprendo, señor... pero dígame ¿él está bien? ─preguntó



─ Eso te lo puede contestar él ─respondió el mafioso─ ¿estas bien Gio? Responde.



─ Estoy bien Angelo, sólo fue un susto y sé que yo también te provoqué... pero cuando vuelva el señor podremos hablar de esto.



─ Gio, por favor no olvides que te amo Perdóname



─ Yo también te amo, Angelo... y por supuesto que te perdono ─Gio miró al hombre enfrente de el que le hacia ceñas para que terminara de hablar ─ nos vemos en una semana. Te extrañaré, un beso.



─ Massimo, ahora saca el altavoz ─ordenó el mafioso que también volvió a coger el auricular ─volveré en una semana, pero eso no significa que no te llamaré todos los días ¿capisce?



─Si amore, entiendo.



─ Y Massimo. No quiero que sientas temor de mí, jamás te haría daño, ni menos a tu familia. Estoy contigo y tienes que tener en claro que desde ahora, tus hijos son mis hijos y tu familia es la mía y velaré por tu seguridad y la de los tuyos ¿capisce?.



─ Entiendo, amore ─respondió el empresario con emoción─ Yo también te amo y haría cualquier cosa por tí.



─Lo sé, amore. Lo sé. Ahora descansa que yo debo ir a dormir. Mañana debo tomar un vuelo a Sicilia. ─la voz del mafioso sonaba extrañamente tierna─ ten el móvil a mano que te llamaré a cualquier hora del día.



─ Lo haré, amore. Que tengas buen viaje.





Después que la llamada hubo finalizado, los hombres Rossetti se quedaron mirando. Angelo, rompió el contacto visual y comenzó a reír.



─ ¿De qué te ries? ─preguntó su padre contrariado.



─ De tí ─respondió el joven─ si te vieras la cara...



─Por favor, figlio. No es momento para bromas... ─replicó el empresario algo molesto.



─ Bien, entonces te lo diré cuando tu humor mejore... me voy a descansar ─agregó el menor



─Recuerda que no puedes buscar a Gio hasta que Pietro vuelva...



─Lo sé... y te prometo que sólo saldré a trabajar y nada más... no le daré excusas a Mancini para que me aleje de Gio.



─ Eso espero... a domani ─ el empresario se despidió de su hijo y le dió la espalda para darle a entender que queria estar solo. Cuando sintió la puerta cerrarse, se despojó de la bata y se deslizó entre las suaves y frescas sábanas de seda. Conciliar el sueño le fue difícil debido a los acontecimientos pasados, pero al pensar en Pietro su mano de fue a sus genitales. Se masturbó hasta explotar en un orgasmo que lo llevó a un sueño tranquilo.





                                                 ************************







─Te debo una explicación ─habló Pietro después de cortar la comunicación con su amante─ Soy tu padre ─el joven frente a él trató de hablar y el levantó una mano para detenerlo─ antes de que preguntes el porqué no sabías nada de mí, es porque yo me he enterado hace sólo unos dias de tu existencia ─explicó.



─Comprendo ─habló el chico con algo de timidez─ pero quisiera saber... si usted hubiera sabido antes...



─Te hubiera buscado y habrías estado viviendo en esta casa hace mucho ─respondió el mafioso.



─ Entonces, usted sabe quien es la mujer que me abandonó...



─ Sí, pero antes de decirte su nombre debes entender las circunstancias que la llevaron a abandonarte... ─el hombre contó su versión de los hechos, desgranando detalle a detalle, observando el rostro del joven para ver su reacción.



Pero Gio, no estaba interesado en escuchar, le parecía que a esas alturas, estaba demás.



─Sólo dígame quién es ─exigió.



─Laura Visconti ─respondió Pietro, orgulloso del fuerte temperamento de su hijo, quien lo miraba serio.



Gio guardó silencio por un breve instante, en el cual recordó las veces en que intercambió palabras con la mujer y lo despectiva que siempre fue con él , incluso esa misma noche.



─A usted lo puedo aceptar como padre, porque que usted no sabía nada de mí. Pero ella...



─Sólo tenía quince años ─la defendió Pietro.



─Pero tenía una familia y si ella me hubiera querido, me habría conservado junto a ella. Pero ahora entiendo ─el joven prosiguió a pesar de que el llanto que comenzaba a brotar de sus ojos le impedia mirar directamente a su recién encontrado padre─ para ella y su familia sólo fui un sucio secreto que debió ser ocultado...



─Pero así y todo, ella es tu madre ─afirmó Mancinni



Gio calló y observó al hombre frente a él y durante un breve instante ambas miradas se confrontaron.



─Y usted señor ¿qué es lo que espera de mí? ─preguntó a quemarropa tomando desprevenido al hombre frente a él.



─Quiero recuperar el tiempo que nos quitaron, quiero que vivas aquí, que aprendas a conocernos y que en un futuro me veas como un padre, porque eso es lo que soy y además tienes un hermano que a pesar de que hoy se ha enterado de tu existencia, ya te considera.



─Pero ¿usted sabe lo que soy?



─Por supuesto ¿no me escuchaste decirle a Massimo cuanto lo amo? ─sonrió el capi



─Me quedaré, pero no me obligue a ver a Laura como una madre...



Figlio...



─¿Sabe cuantas veces soñé que un dia apareceria mi madre y me sacaría del orfanato?



─Lo puedo imaginar ─respondió Pietro acariciando con ternura la mejilla del menor.



─Ella sabía de mi paradero, sabía cual había sido mi destino y ni siquiera fue capaz de hacerse un tiempo para ir a visitarme. No me obligue a verla como madre, porque no lo haré, signore.



─No te obligaré a nada ─habló el hombre para tranquilizar a su hijo─ nadie te obligará a hacer nada que no quieras a hacer... te ves cansado, será mejor que descanses. Mañana será otro día y tenemos el resto de nuestras vidas para conocernos. Además, como ya escuchaste antes, tengo un vuelo que tomar temprano.



Salieron del despacho y el hombre lo condujo por los pasillos, todos muy bien custodiados. Llegaron a la habitación que a Gio le pareció demasiado grande y lujosa.



─¿Te gusta? ─preguntó Pietro atentamente─ Si no es asi, puedes hacerle todos los cambios que quieras...



─¿Todos? ─preguntó Gio, con los ojos abiertos por el asombro.



─ Si, todos...



─ ¿No se sentirá incómodo si al entrar aquí, vea todo en color rosa?



Pietro se le quedó mirando y la inocencia que vio en la mirada de su hijo le hizo sentir una ternura que creía haber perdido hace mucho.



─Vamos a hacer un trato ─convino el hombre─ yo no diré nada del color rosa si me prometes que cada vez que salgas, irás acompañado de Bruno, el es tu guardaespaldas ─le explicó─ y tomarás lecciones de defensa y manejo de armas.



─Pero... ─Gio se quedó sin palabras



─Desde mañana, Giovanni Buonarotti es historia ─aseveró el mafioso─ serás conocido como Giovanni Mancinni y por lo tanto debes prepararte ¿sabes quien soy, cierto?



─Creo que es muy rápido para mí...



─Sólo quiero que aprendas a defenderte, no que participes en nuestros negocios. Para eso está Dante, se ha preparado desde que era un niño. Tú solo dedicate a hacer de tu vida lo que quieras, no tendrás necesidad de trabajar y si decides vivir en pareja con Angelo, tienes que tener en cuenta que vivirán bajo el amparo de mi techo...



─Yo sólo quería una familia, nada más ─se quejó el joven, al darse cuenta del cambio que iba a experimentar─ Creo que es mucho para mí.



─Pero, esta es la familia que te tocó tener ─habló Mancinni─ y debes adaptarte. Si tu padre hubiera sido agricultor, tendrías que aprender a labrar la tierra. Esto es lo mismo, solo que yo te pido que aprendas a protegerte, nada más.



─Bueno, haré lo que quiera. Pero, tengo un problema... Angelo es algo celoso, y se disgustará si me ve ir para todos lados con el guardia... es muy guapo... ─el chico se ruborizó al decir lo último lo que provocó que su padre soltara una carcajada.



─No te preocupes por Bruno, él es muy profesional, además... sabe que nunca le perdonaría que se atreviera a poner sus ojos en tí...



─Entonces, me gustaría que llegado el momento, fuera usted quien le diera esa explicación a Angelo...



─Como tu quieras, sé de muy buena fuente, que los Rossetti son muy celosos ─respondió el hombre recordando, las pequeñas escenas de celos que Massimo le hacia por el tema de Laura─ ahora descansa. No creo que mañana nos veamos, pero Dante estará para acompañarte.



─Buenas noches ─se despidió Gio



─Buenas noches, respondió el mayor, no sin antes de darle un tierno beso en la frente.



Gio, se despojó de su ropa y se dispuso a acostarse resignado a dormir desnudo. Apagó la luz y por primera vez después de mucho tiempo, no se preguntó por su futuro.







                                                     *****************











Dante observaba al chico frente a él. Le veía nervioso. Su mirada recorría la estancia sin fijarla en un punto en específico, haciendo ruidos molestos al tronar las articulaciones de sus dedos. De pronto, el chico fijó sus hermosos ojos verdes en él y comenzó a despojarse de su ropa de forma lenta y sensual.



─No pagué por eso... sólo quiero información ─aclaró el joven Mancinni para detener el striptease que estaba presenciando y que le hizo sentir incómodo.



─Yo no sé nada ─respondió Camilo, tirando su camisa al suelo para luego llevar sus manos al cinturón y abrirlo.



─¿Hace cuanto que trabajas para el ruso? ─insistió Dante, sin poder despegar su mirada del esbelto torso manchado de cardenales que se presentaba ante sus ojos.

─Dos años ─respondió el menor, ahora deslizando sus pantalones por sus delgadas piernas



─¿Qué edad tienes? ─volvió a preguntar el joven mafioso, obligándose a no levantarse y obligar al chico a vestirse. Pero necesitaba la información a cualquier precio.



─Dieciséis ─contestó el chico, ahora deslizando su ropa interior, mostrando su total desnudez.



─¡Te vendes desde los catorce! ¿Es porque quieres o porque te obligan? ─interrogó con algo de rabia, al imaginar a ese hermoso chico siendo forzado.



─Es porque quiero, necesito el dinero ─respondió el menor que mirándolo a los ojos llevó sus manos a su cuerpo para recorrer lentamente su torso y detenerse en los pequeños pezones, los cuales pellizcó exhalando un gemido que hizo que Dante se pusiera duro.



─¿Hay más como tú? ─volvió a preguntar tratando de ocultar que las acciones del chico estaban afectando a cierta parte de su anatomía



─No lo sé ─contestó el hermoso chico, esta vez llevando su mano a su miembro, el cual a Dante le pareció algo pequeño, pero adecuado para su edad.



─O sea que el ruso es tu chulo... ¿es tu pareja? ─insistió Dante



─No, es solamente mi jefe ¿Vas a follarme o no? ¿o quieres que te la chupe? ─Camilo se exasperó con tanta pregunta.



Dante se levantó del elegante sofá en el que estaba sentado y se acercó al chico



─Necesitas un baño. Hueles a sexo y a alcohol barato... ¿te drogas también? ─preguntó tomando los brazos del chico para ver si tenían marcas de piquetes de aguja─ veo que no. El baño está a la derecha. No te tocaré mientras tengas fluidos de otro sobre tí.



Camilo sintió como si su mundo se derrumbara al ver el rechazo en los ojos de Dante. Sumisamente bajó los ojos y caminó hacia el cuarto de baño, sin preocuparse de su desnudez. Una vez que estuvo bajo el chorro de agua caliente, se permitió relajarse. Tomó una barra de jabón el cual despedía un perfume exquisito y se permitió soñar con otra vida muy distinta al que el tenía. Pero al recordar lo que esa noche había tenido que pasar, se estremeció. Esos tres hombres, habían ocupado su cuerpo para todo tipo de actividades. Su boca había sido follada, mientras su ano era brutalmente penetrado por dos enormes penes y todo aquello había sido filmado por un cuarto hombre que se masturbaba y daba instrucciones. ¿Porqué habían decidido golpearlo si el había cooperado? El no tenía culpa de no conseguir una erección y a punta de golpes era imposible que la tuviera. Deslizó el jabón para sacar de su cuerpo el semen seco que se había pegado en su piel. Aquellos malditos, al culminar, lo habían hecho bañando su cuerpo con sus corridas y no le habían permitido limpiarse después de eso; Después, lo habían arrojado frente al burdel donde trabajaba y Dante lo había sorprendido en su momento más sensible.

Terminó de ducharse y tomó una toalla que le pareció exquisitamente suave y luego se aventuró fuera del cuarto de baño donde se encontró cara a cara con Dante.



─Sígueme─ Dante lo guió a un dormitorio y lo instó a acostarse─ Ahora duerme, necesitas descansar.



─Pero...



─¿Con cuantos hombres has tenido sexo hoy? ─preguntó Dante exigente.



Camilo en silencio, hizo cuentas mentales y con voz débil contestó.



─ Catorce



─¿Cómo?...



─Es que a veces son en grupo...



─ Entonces era cierto... era cierto lo de tú y dos pollas a la vez... ─Dante lo dijo con rabia y decepción.



─Es cierto, pero solo porque me obligan... duele, duele mucho y yo...



─No quiero explicaciones vanas ─interrumpió Dante─ acuéstate... después de tanto sexo debes estar agotado y cuando esté contigo te quiero con todas tus fuerzas.



El joven Mancinni, salió de la habitación de invitados y se dirigió a sus aposentos, intrigado por la imagen mental que se había instalado en su cabeza. Él, poco sabía de sexo gay. Ser amigo de Enzo, le había abierto un poco los ojos y saber sobre activos y pasivos; pero, jamás imagino lo de un hombre siendo penetrado por dos pollas a la vez. Estaba cansado, pero la curiosidad era más fuerte. Se despojó de su ropa y se dirigió al baño, donde, tomó una rápida ducha y luego salió envuelto en una elegante bata de seda de color negro. Luego, tomó su portátil y lo encendió. No sabía cómo comenzar a buscar, pero lo que tenía claro, era que quería ver con sus ojos, el tipo de actividad sexual que Camilo acostumbraba a realizar. En un buscador, pinchó un link para ver imágenes y sus ojos se abrieron asombrados al ver los rostros de jóvenes siendo utilizados para lo que él consideraba, bajas prácticas sexuales. Una ventana intermitente, ofrecía videos caseros por unos cuantos euros y decidió verlo. Pagó el importe con su tarjeta de crédito y su sorpresa fue ver a Camilo siendo utilizado por tres hombres. Su mirada se concentró en los ojos del muchacho que hacían ver que no gozaba del acto sexual.

Decidido, se levantó y fue a buscar a Carlo, quien estaba dormitando a medio vestir, por si ocurría algún incidente.



─Ven a ver esto ─Dante dio media vuelta y se dirigió nuevamente a sus aposentos, seguido de su custodio. Una vez dentro, le mostró el video.



Carlo, acarició su barbilla y observó atentamente las escenas.



─El chico está siendo obligado─ fue su veredicto─ ¿viste como lo golpearon? Me atrevería a decir que ese video fue grabado hace pocas horas.



─Rastrea la IP, quiero a esos tipos, Carlo. Apenas los tengas, los llevarás a una de nuestras bodegas y me avisas... quiero tener el privilegio de volarles los testículos a balazos.



─Pero, jefe... ¿Porqué tanto interés en el chico? ─preguntó el Carlo─ si es por ayudarlo, créame , jefe.. ese tipo de chicos está acostumbrado a la vida fácil. Le aseguro, que perderá su tiempo.



─ No sé, Carlo... pero ese chico hace que solo quiera protegerlo.



─Con tal de que sea solamente eso... recuerda que tu padre quiere un nieto. Además, no sería justo que el ragazzo que crea que su suerte a cambiado ¿no crees?.



─Tienes razón. Pero eso no quita que quiera deshacerme de esos pervertidos ¿entendido? Camilo tiene solo dieciséis años y quiero ayudarlo a no pasar de nuevo por eso ─declaró Dante mientras mantenía su vista fija en la pantalla del portátil, la cual mostraba a Camilo siendo follado brutalmente por dos grandes vergas.



─Mañana me pondrá a ello y llevaré a unos cuantos chico para que me ayuden..



─Dile a Domenico, que en tu ausencia, será él el encargado de mi seguridad ¿capisce?



─Se hará como dices. A domani (Hasta mañana)



El sueño, para ambos hombres, fue difícil de conciliar. Las escenas de sexo que habían visto, eran demasiado fuertes. Dante, fijó su mirada en la luz que provenía del exterior y recordando que al siguiente día hablaría con su recién descubierto hermano, sonrió y trató de relajarse. Minutos después se durmió.



                                                      ***************





Camilo fue despertado por una suave sacudida en su hombro. Se sentó rápidamente en el lecho mirando con temor a todos lados, preocupado de estar en un lugar desconocido. Pero, al recordar los acontecimientos de la noche anterior, se tranquilizó.



─Levántate Bello durmiente, el desayuno espera ─habló Carlo con algo de impaciencia─ No hagas esperar al jefe o tendrás que volver de a pie a tu casa ─agregó bromeando y luego salió del dormitorio para darle privacidad.



El joven, se vistió y luego entró al baño donde, encontró que habían dejado un cepillo nuevo para que fuera usado por él. Se aseó y luego salió a la sala. El hombre que lo había despertado, lo esperaba para guiarlo al comedor. Dante desayunaba tranquilamente y cuando vio al chico sonrió con sensualidad, cosa que sorprendió a su custodio, quien temió que el interés de su jefe por el chico fuera más que platónico.



─Siéntate y desayuna algo ─invitó Dante─ ¿Qué te apetece?



La mesa estaba colmada de a lo que Camilo le parecieron manjares y no podía decidirse por dónde empezar. El joven Mancinni, decidió por él y le sirvió un exquisito capucino y le acercó diversas pastas.

El joven, después de agradecer, comenzó a comer con lentitud y con mucha educación, cosa que sorprendió al joven sottocapo.



─¿Cuánto de esos doscientos euros que cobra el ruso por tu tarifa es para tí? ─interrogó Dante sorprendiendo al joven chapero.



─Setenta ─respondió el chico y volvió a morder una de las pastas.



─¿Tan poco? ─Dante frunció el ceño al darse cuenta de que a lo mejor, el chico le había mentido la noche anterior─ Tú no trabajas porque quieres ─le acusó tajante─ te están obligando.



─No ─trató de defenderse el menor─ trabajo porque quiero. Mi padre está en la cárcel y mi madre está enferma y si tengo que darle más dinero a Boris es porque me hizo un préstamo y tengo que terminar de pagarlo.



─¿Cuál fue el delito que cometió tu padre?



─No sé, tengo entendido que trabajaba en la región de Calabria para un tal señor Tuozzolo...



Dante calló. Salvatore Tuozzolo, siendo primo de su padre y socio de negocios tenía un sistema infranqueable para cubrirse las espaldas. Cada vez que la policía intervenía alguna de sus embarcaciones en el Mediterráneo, algún uomo d´onore de su grupo, tomaba la responsabilidad e iba a la cárcel sabiendo que su familia no tendría carencias económicas porque Salvatore se encargaba de mantenerla. La información que acababa de darle Camilo, parecía decir lo contrario y decidió comunicarse con su pariente en el menor tiempo posible. Sus ojos no se despegaron del hermoso joven y se preguntó si alguno de los hombres del primo de su padre, se estaba quedando con lo que correspondía a la familia del chico lo que condujo al joven a recurrir al proxeneta.



─¿De cuánto fue el préstamo? ─preguntó inquisitivamente el joven mafioso.



─Cien mil euros. Mi madre necesitaba atención médica y el abogado de mi padre...



─Y estás pagando desde hace dos años...



─ Sí ─contestó el menor─ los intereses son altos, Boris dice que aún me quedan dos años.



─Que conveniente para él ─Dante fue sarcástico─ terminarás de pagar justo cuando ya no le sirvas como mercancía... en dos años serás considerado muy viejo.



Terminaron de desayunar en silencio, hasta que el móvil de Dante sonó.



Media hora después, Camilo descendía del automóvil junto a Dante. Boris, esperaba sentado en el escalón superior de la entrada del viejo edificio de departamentos donde vivía el joven chapero



─¿Todo bien? ─preguntó el ruso bajando los peldaños.



─ Sí, muy satisfactorio. Lo hemos dejado cansado, te aconsejo lo dejes descansar, al menos por hoy.



─Por supuesto, no vaya a ser que se quede dormido en medio de un servicio ─ironizó el ruso.



─Me gustaría volver a estar con él ─agregó Dante─ pero me gustaría que el chico, comenzara a atender a un cliente por vez... la estrechez es importante y los trabajos dobles a los que Él se ha acostumbrado, le han hecho perder esa facultad. Cuida esa parte o perderás a muchos clientes.



─Gracias por el consejo ─habló el ruso a regañadientes─ que tenga un buen día ─el ruso se quedó mirando hasta que el elegante mercedes del sottocapo desapareció en la esquina. Luego, ingresó con paso apresurado al destartalado edificio donde residía el chico que más ingresos le daba. Subió las escaleras mascullando palabras a diestra y siniestra, espantando a los residentes que tuvieron la mala suerte de cruzarse con él. Al llegar a la puerta, golpeó fuertemente, casi tirándola. Camilo salió a abrir y le entregó el importe de lo ganado con el último trabajo. ─¿No me invitas a entrar? ─preguntó con sarcasmo.



─Sabes que no puedo, mi madre está despierta ─contestó el joven con temor a que su jefe se enojara. Sus hermosos ojos verdes miraban al hombre expectante, esperando a que se fuera, pero Boris, entró al departamento y se plantó en medio de la pequeña sala.



─¿Que pasó anoche? ─volvió al preguntar el ruso─ ¿porqué te golpeó el cliente?



─Porqué me negué a cooperar... ─una fuerte bofetada le interrumpió



─Te he dicho que trates bien a los clientes si quieres terminar de pagar pronto la deuda que tienes conmigo.



─¿Y que va a pasar después que termine de pagar? ¿me dejarás libre? ─se atrevió a preguntar exigiendo una respuesta.



─¿Quieres saber? ─el ruso lo miró a los ojos y Camilo temió. El hombre jamás lo había mirado como si él fuera algo importante─ cuando termines de pagarme, pasarás a disfrutar de todo el dinero que me has dado... ese día pasarás a ocuparte de mi casa y esperarás en mi cama a que llegue cada madrugada a hacerte mío.



─No... no entiendo. Como... ─el chico estaba perturbado por la declaración de su jefe.



─Cuando me buscaste por el préstamo, supe inmediatamente que te quería para mí, pero, ese día mis jefes de Rusia estaban presentes en mi despacho, mirándote... estabas tan hermoso ─el hombre le acarició el rostro ─pero Mikhail Tovarich se encaprichó con ser tu primer cliente y perdiste valor para mí. Ya no eras puro...



─En dos años tampoco lo seré...



─Pero dejarás a los clientes de lado y estarás conmigo, sin salir de casa y nadie más que yo te tocará ─aseveró el hombre y con brusquedad lo atrajo y atacó su boca con un voraz beso, el cual el chico trató de rechazar forcejeando.



─No quiero ─decía Camilo tratando de alejarse del hombre─ por favor...



─A los clientes no te les niegas ¿pero a mi sí? ─reclamó el hombre atacando su cuello y al percibir el exquisito aroma que había dejado el fino jabón en su piel, atacó nuevamente.



─¿Acaso Mancinni te ha ofrecido algo más? ─lo sacudió de los hombros exigiendo una respuesta─ habla, puta... anoche no venía como cliente ¿cierto? ¡está interesado en tí! ¿cierto? ¡confiesa! ¿te quiere para él?



─¡No!, es sólo un cliente, nada más ¡te lo juro! ¿Como crees que él se interesaría en mí?



─¡Porque Tovarich lo hizo, poque yo lo hago y sé que él está más que interesado en tí! ─respondió el hombre gritando provocando que la madre de Camilo saliera a la sala a ver que pasaba. ─te salvó la campana, puta... te quiero a las siete en el burdel. De hoy en adelante trabajarás dentro. Si Mancinni te quiere, tendrá que entrar en mi territorio. ─intempestivamente le robó otro beso─ que tenga buen día, señora ─se despidió de la mujer y salió del lugar mascullando en contra del joven capo.



Camilo se quedó temblando en medio de la sala del humilde departamento que compartía con su madre. La mujer se acercó a él para darle algo de alivio al ver su preocupación, lo refugió entre sus brazos y el joven comenzó a llorar.



─Ay mamma, nunca me dejará en paz... ─se quejó el joven.



La mujer, débil por la artritis reumatoide que sufría y que apenas la posibilitaba a caminar unos cuantos metros, maldecía a su marido por haberlos dejado en ese estado de desprotección. Stefano había sido detenido y ellos debieron abandonar San Luca, obligados por uno de los hombres de Tuozzolo, con la amenaza de jamás volver si en algo valoraban sus vidas. El hambre, la enfermedad y la esperanza de que con algo de dinero conseguirían la libertad de su padre, llevó a Camilo a recurrir a Boris Kozlov y pedirle un préstamo. Esa noche su hijo había vuelto a casa con el dinero y con su pureza ultrajada. Habían sido dos años de ver a su hijo llegar al hogar después de ser utilizado para el placer de los hombres a los que Boris lo vendía y ella había callado a causa de su enfermedad. Veía que el momento de abandonar este mundo sería pronto y deseaba que cuando llegara su hora, su hijo estuviera libre del yugo de ese maldito hombre.



─¿Quién es Mancinni? ─preguntó la mujer haciendo que su hijo la mirara extrañado.



─Es un chico que conocí en la marcha y anoche pagó por acostarse conmigo... según Boris, es mafioso.



─Lo es ─afirmó la mujer─ Mancinni es el apellido del jefe de la Cosa Nostra y el señor Tuozzolo es su primo... ¿te hizo daño? ─preguntó.



─No, mamma... ni siquiera me tocó, sólo quería información, pero Boris me advirtió si le decía algo, tú pagarías.



─No te preocupes por mi, figlio mio... si ese hombre vuelve a por tí, cuéntale todo... dile que el señor Nirta, se ha quedado con el dinero mensual que prometió Tuozzolo... sé que ese hombre te salvará, mi niño... algo en mi corazón me lo dice.



─Si no viene a por mí, lo buscaré... no quiero terminar siendo el amante de Boris, mamma. ¿te imaginas? Su esposa y yo en la misma casa... ¿que querrá después? ¿que termine siendo la niñera de su hijo? Quiero algo mejor para mí... quiero estudiar y ser alguien mejor, alguien bueno.



─Tú ya eres bueno, hijo mio ─opinó la mujer, acariciando con ternura los finos cabellos de su hijo ─llegará el día en que toda esta pesadilla quedará atrás, ya lo verás y conocerás a un lindo muchacho que te amará...



─Dios te escuche, mamma... Dios te escuche...









                                                               ************







Pietro esperaba en su despacho a que su hijo llegara. Sus ojos miraban seguido el reloj maldiciendo por el desatino de su hijo al ausentarse de la casa la noche previa a su partida a Sicilia.

El sonido de un motor deteniéndose, le hizo levantarse y salir de su despacho a paso rápido, adelantándose a su mayordomo que se prestaba a abrir la puerta de entrada.

Dante se sorprendió al ver a su padre.



─¿¡Dónde Diablos estabas metido¡? ─Pietro estaba realmente enojado.



─En mi departamento, ¿Desde cuando no puedo tener vida privada? ─respondió el joven caminando detrás de su padre, el cual, ingresó nuevamente a su despacho y esperó a que entrara.



─Tu vida privada no me interesará desde el momento en que me des un nieto, Dante. Pero el motivo de mi enojo es otro. ─explicó el mayor─ Sabias de mi partida a Sicilia y debías estar en pie a las seis para escoltarme al aeropuerto y si hubieras estado en casa anoche, te habrías enterado que tu hermano Giovanni se encuentra aquí...



─¿En serio? ¿Donde está?...



─¡No me interrumpas, Dante! ─reprochó el hombre─ Ahora no tengo tiempo para discutir contigo, sólo me queda decirte, que quedas a cargo de la seguridad de tu hermano... Angelo no puede verlo hasta mi vuelta, asi que, si lo ves rondando la casa, lo mandas a echar.



─Vaya, pensé que aprobabas esa relación...



─ Todavía la apruebo, si quieres saber más llámame en un par de horas que estoy retrasado. ¿Algún mensaje para alguien en especial?



─¿Te encontrarás con Salvatore? ─preguntó el joven, refiriéndose al jefe calabrés



─Por supuesto, es uno de mis objetivos en este viaje ─respondió su padre intrigado.



─Cuando lo tengas frente a tí, necesito que me llames... hay algo de real importancia que quiero saber...



─¿Se puede saber? ─preguntó el hombre intrigado.



─Conozco un chico de dieciséis años, que se ha visto obligado a hacer la calle...



─¿Y eso que tiene que ver con Salvatore?



─Todo, padre, todo... el padre de este chico trabajaba para tu primo, y está en el presidio sin saber que su familia no está siendo protegida como debe ser.



─¿¡Qué?!, no puede ser... Salvatore jamás abandonaría a su suerte a las familias de sus uomini d´onore (hombres de honor) ─defendió Pietro─ averigua quién es el padre del chico. Mañana a las tres, me reuniré con Salvatore y quiero que tengas todos los antecedentes. ─ordenó─ A propósito... ¿que tienes que ver tú con este chico? ─preguntó mirando a los ojos a su hijo.



─Me gusta ─Dante, trató de ser sincero─ pero por el momento sólo quiero ayudarlo... trabaja hace dos años para un proxeneta ruso que lo amarró con un préstamo...



─¿Dos años?... era sólo un niño de catorce.... ─el frío Pietro Mancinni, se sintió conmovido por el desconocido chico─ averigua lo más que puedas, tienes a todos los hombres a tu disposición, Dante. Que remuevan toda Roma, quiero a esos rusos fuera de mi territorio en el menor tiempo posible.



─¿Algo más? ─preguntó el joven, contento por quedarse a cargo del problema con los rusos.



─Sí ─Pietro lo miró con frialdad─ Si ese chico te importa... sólo lo aceptaré cuando tenga a mi nieto en mis brazos y por supuesto... que deje las calles. Un prostituto es muy poca cosa para mi hijo. ─el hombre salió de la oficina y se dirigió a la salida. Dante fue tras él para darle un último abrazo antes de su partida. Se despidieron con dos besos y y un abrazo fuerte.



─Cuidate por favor ─rogó Dante.



─Tu también y cuida a tu hermano. Desde hoy comenzará su entrenamiento, quiero que lo ayudes ¿capisci? Y sé paciente con él...es un poco delicado.



─Lo sé...



─Y sobre el chapero... ─advirtió el capi─ envíalo al médico y mientras no tengas resultados favorables en tus manos, no vayas más allá ¿capisci?



─Como ordenes, padre.



Pietro Mancinni, abordó la limusina que lo llevaría directamente al hangar privado, donde su jet lo esperaba. Delante y detrás del vehículo blindado, iban dos pares de mercedes con hombres fuertemente armados, tal despliegue de seguridad, lo había exigido desde que supo que la Bratva rusa estaba tratando de asentarse en suelo italiano. Tomó el celular y marcó el número de su amante, quería oír su voz, antes de abordar.































































2 comentarios:

  1. Gracias, gracias, gracias...
    no sabes cuanto tiempo he esperado noticias tuyas...me he leido tus 3 historias, que son buenísimas y super adictivas...los personajes me encantan, los sentimientos impregnan tus escritos...solo espero seguir disfrutando de ellos.

    Cariños

    K

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  2. concuerdo con Kruts gracias!!!!!me encanto!!!
    tambien espero seguir disfreutando de esta historia!!!!valio la pena la espera

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