Argumento

Giovanni Buonarotti es un chico que vivió toda su vida en un orfanato y que al estar a punto de cumplir la mayoria de edad debe egresar. El es el hijo bastardo de una mujer que pertenece a la alta sociedad Laura Visconti y que fue repudiado al nacer por las causas dolorosas que produjeron su procreaciòn...Una violación.

Angelo Rossetti es uno de los solteros más codiciados de Roma, hijo de un empresario multimillonario y mejor amigo de Francesco Visconti (sobrino de Laura y por consiguiente primo de Giovanni).

Un encuentro y dos miradas que quedan prendadas la una de la otra hacen que el joven Giovanni descubra el origen de su nacimiento y que el causante de su repudio (su abuelo) se arrepienta de haberlo hecho.


Angelo, Gio y Bruno

Dante y Camilo / Pietro y Massimo

Fabio y Enzo/ personajes secundarios

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miércoles, 17 de febrero de 2010

5: Comienza el cortejo

Cuando arribaron al restaurante del séptimo piso del Hotel Splendide Royal, los cuatro fueron conducidos a una mesa cerca de la terraza de cristal. Tres mesas mas allá de su ubicación, se encontraban Laura y Massimo tomando el aperitivo. El ejecutivo al verlos entrar los observó y alzó las cejas cuando su hijo Angelo hizo un comentario al oido de Gio haciendo que el joven se ruborizara. El ejecutivo sonrió ante eso y Laura por primera vez en su vida sintió celos.


- chi è?(quien es) - preguntó la rubia sin disimular su descontento ante el hecho de que su novio desviara su atención hacia el muchacho

El empresario la miró sorprendido por su reacción

- Es un amigo de mi figlio y es asistente de Giacomo - fue la escueta respuesta que la abogada consiguió.

  Las notas de "Las cuatro estaciones" de Vivaldi amenizaban a los comensales y de vez en cuando se percibía la alegre risa que provenía de la mesa en la que se encontraba Giovanni.

- a quell'età avete saputo che alle ere gay?(a que edad supiste que eras gay) - la pregunta que Angelo hizo a su tío Giacomo lo sorprendió - quiero todo con dettaglio (detalle)- exigió el joven

- Tenía catorce años - confesó el esposo de Enrico - recuerdo que mi padre nos llevó al teatro ya que esa noche era el estreno de "La traviata" de Giussepe Verdi, en el intermedio nos encontramos con el conde Peruggi que había asistido con Enrico y nos invitó a su palco...cuando la protagonista expiró miré a Enrico y sus ojos estaban anegados de lágrimas, me acerqué a él para ofrecerle un pañuelo - Giacomo soltó una pequeña risa - secó sus lágrimas, limpió su nariz haciendo un ruido poco apropiado para un señorito de su alcurnia, luego me devolvió el pañuelo y me sonrió y mi mundo se detuvo con esa sonrisa.

- aspetta (espera) ¿dices que te enamoraste de Enrico cuando el tenía diez años?

-Cossifatto,(asi es) pero cuando se lo conté a mi hermano...él me recomendó que conociera alguna chica y que tuviera sexo, para según el, estar seguro de mis inclinaciones. Estuve saliendo tres meses con una compañera de clases, la llevé a la cama...no pude - confesó con sinceridad - no logré obtener una erección y esa fue la confirmación de que las mujeres no eran lo mío.

- ¿Cuándo se declaró? - preguntó tímidamente Giovanni

- Paso, a paso Gio. La chica con la que no pude funcionar regó el rumor en el colegio y ahí fue donde conocí a Fabio Castiglioni que cursaba el último año, por lo cual, era cuatro años mayor que yo...Se acercó a mí y después de presentarse me preguntó ¿ das o recibes? Y yo no entendí. Luego explicó ¿te gusta penetrar o que te penetren? Y yo le confesé que hasta el momento no tenía experiencia pero que definitivamente no quería ser mordedor de almohadas. Contrató un chapero y me inicié sexualmente.

- ¿Y Enrico cuando entra al cuento? - preguntó Angelo disfrutando por primera vez de una conversación con su tío.

- Un día, la madre de Enrico llamó a Massimo porque sorpresivamente tenías visitas, el conde se había llevado al chofer y necesitaba que alguien lo recogiera en una academia a la que asistía. Me ofrecí a ir por él y grande fue mi sorpresa al ver a mi amado esposo en mallas de ballet. En el automóvil comencé a burlarme de él y cuando le ofrecí regalarle un tutú rosa se enfureció y se fue sobre mí para golpearme y confieso que tuve la erección mas dolorosa de mi vida - hizo una pausa - fue la primera vez que lo besé y el me abofeteó. El ya tenía quince años y yo diecinueve - aclaró.

- Te dije que yo no era una cortesana y que si querías besarme tenía que pedir la aprobación de mi padre - interrumpió Enrico.

- Y yo me aterré por que hasta ese momento mi homosexualidad era conocida por mi familia pero no me atrevía a que la sociedad se enterara.

- Me robaste besos por casi un año - agregó el joven Peruggi - y un día me enviaste un Cd con una canción de Cocciante...

- ¿Cuál? - preguntó Giovanni

- Per lei (Por ella) y acepté que estaba enamorado de Giacomo...Tres días después se presentó en el palazzo, decidido a hablar con mi padre y yo lo detuve.

- per quale ragione? (porqué razón) - esta vez Giovanni no evitó lanzar un suspiro

-El día anterior mi padre había llegado a casa criticando la pública relación homosexual de un conocido modelo de la casa Gucci y tuve que aceptar que para estar con Giacomo tendría que ser a espaldas de mi papá.

- Nadie sabía de nuestra relación excepto por mi papá y Massimo - confesó Rossetti - y así estuvimos más de dos años. Cuando mi padre cumplió sesenta y cinco años, organizamos una fiesta por todo lo alto y yo invité a Fabio sin acordarme que un par de años atrás me había confesado sus sentimientos hacia Enrico. Como uno de los hijos del festejado tuve que hacer de anfitrión y lo dejé sólo durante la mayor parte de la fiesta...situación que aprovechó Fabio para acercársele...Y yo, en un ataque de celos me acerqué a él, lo arranqué prácticamente de las garras de mi amigo y lo llevé a la biblioteca...discutimos y Enrico me aseguró que yo era a quien amaba...

- Me pediste que te lo demostrara e hiciera el amor contigo en aquella habitación, en la alfombra que estaba cerca de la chimenea y yo por miedo a que me dejaras me desvestí y me hiciste el amor de forma dominante diciéndome en palabras que yo era tuyo y tu eras mío y que no soportaba que otros me miraran.

- Y nuestros padres con mi hermano entraron sorprendiéndonos en pleno acto...esa ha sido la única vez en mi vida que he sentido miedo, porque creí que el conde te enviaría lejos o peor. La mayoría de los invitados se enteraron de lo nuestro porque tu padre te sacó a medio vestir de nuestra casa, ante la vista de todos.

- ¿y que pasó después? - preguntó Gio con la ansiedad de un niño a quien se le está contando una historia de piratas.

- Mi padre jamás me había golpeado hasta ese día, lo hizo por tres largos días y entre cada bofetada y puñetazo quería arrancar de mí la promesa de que jamás volvería a ver a Giacomo y menos a tener sexo con otro hombre...y yo callé. Después mi madre me despertó al cuarto día y me aventó a la cara el vestido que había usado para la fiesta, sacó su estuche de maquillaje y pintó mi rostro de forma exagerada. Fui conducido a la limusina a empujones y me llevaron a la villa Rossetti...

- El conde lo repudió entre insultos y lo tiró a mis pies...y...y mi padre le dio la bienvenida a la familia...El conde y él tuvieron una gran discusión que terminó cuando el conde se acercó a mí y me aventó una carpeta que contenía bonos al portador, acciones y la llave de una caja de seguridad. Esto es todo lo que obtendrás de él...considéralo como su dote me dijo y se marchó.

- ¿estaba muy herido? - preguntó Giovanni con los ojos anegados de lágrimas

- La verdad es que el último hematoma se borró casi un mes después....enfrentamos las murmuraciones y las miradas indiscretas en cada fiesta a la que por obligación teníamos que hacer acto de presencia - prosiguió el mayor - y en un viaje de negocios a España al cual fui con Enrico, nos casamos y pasamos nuestra luna de miel en Ibiza y aquí nos tienen a punto de cumplir cuatro años de matrimonio.

  Durante toda la historia Angelo observaba las facciones de Gio, atento a cada reacción que éste tenía.

- ¿Y tú Gio? - preguntó el joven repentinamente

- ¿ Yo qué?...

- ¿Cuándo supiste que eras gay?

Giovanni los miró a todos con nerviosismo y confesó.

- Cuando tenía doce años ingresó al orfanato mi mejor amiga Lidia...sus padres habían muerto en un accidente vial. Un día en el patio de juegos una de nuestras compañeras proclamó ante todas que se iba a casar conmigo cuando creciera..jejejej...y yo le dije que lamentaba herir sus sentimientos pero que yo me iba a casar con Franco Simone.

- ¡jajajaj! Me imagino la cara de la ragazza cuando se lo dijiste - rió Enrico.

- Lidia se acercó tímidamente a mí y a solas me dijo que eso era imposible porque yo era un hombre y solo podía casarme con una mujer...eres gay me dijo y yo en mi ignorancia ya que hasta ese día jamás había salido fuera de aquel lugar le pregunté ¿Qué es gay? Y me dijo alguien que siente atracción por su mismo sexo...Les confieso que yo jamás había jugado con otros niños...ni siquiera conocía a otros niños...

- Supongo que en el colegio al que asistías te hiciste de un novio y confirmaste tu sexualidad - habló Angelo entre dientes...

- No me van a creer pero recién al comienzo de este año escolar que acaba de terminar fue que salí por primera vez del orfanato...

- ¿qué?

- La hermana Sofía nos dijo a Lidia y a mí que teníamos una beca para estudiar en un colegio privado...aún recuerdo que la primera semana fue un infierno para mí... La mayoría de los estudiantes de ese colegio son de familias adineradas y ahí estábamos Lidia y yo, rodeados de snobs que no paraban de restregarnos en la cara que no pertenecíamos a ese lugar. Un día unos chicos del equipo de fútbol me arrinconaron en el aula de ciencias y ahí fue donde conocí al chico que confirmó mi homosexualidad.

- O sea sí tienes o tuviste novio - habló Angelo esta vez apretando los puños.

- Se llama Enzo D´Alessio y no es mi novio y nunca lo fue...él era el capitán del equipo y yo me quedé embobado al verlo. Durante meses obligué a mi amiga a que me acompañara al área donde entrenaban solo para verlo y él se dio cuenta...No sé como comenzó todo, pero primero fueron miradas, gestos, roces y palabras galantes que el me dirigía delante de todo el alumnado y yo como un estúpido niño hambriento de afecto caí.

- ¿se aprovechó de ti? - preguntó Enrico preocupado

- No a Dio Grazie (gracias a Dios) descubrí su juego a tiempo...un día me colé a los vestidores para poder encontrar un momento para verlo a solas y decirle que me gustaba...y el maledetto (maldito) se ufanaba de que en menos de un mes estaría entre mis piernas. Entre todos hicieron una apuesta, cinco mil euros y tenía que llevar una prueba física del encuentro...le exigieron un video. Salí de ahí sin que nadie me viera y corrí a buscar a Lidia y lloré en sus brazos. Ella me preguntó si lo amaba y yo le dije que no...él se perdió un gran chico me dijo guárdate para quien realmente te ame.

- ¿Enzo te persiguió? - preguntó Angelo interesado

- ¿Lo conoces? - preguntó Giacomo

- Es el hermano de Marcella ¿la recuerdas tío? Aquella tipa que fue novia de Francesco.

Después de unos segundos de meditar Enrico creyó recordarla

- ¿No es la chica que en tu fiesta de cumpleaños Francesco sorprendió en pleno acto con Dante Mancini?

- eccome (ciertamente) - confirmó Angelo - prosigue Gio, Enzo te acosó?

- Durante todo lo que quedó del año escolar - reconoció Gio - tuve que procurar jamás quedarme solo...¿recuerdas el día que nos conocimos?

- Me será difícil olvidarlo - reconoció Angelo sorprendiéndose a si mismo con aquella confesión

- Estuvo siguiéndonos en el flamante Ferrari que le habían regalado sus padres, gritándome a todo pulmón lo que me perdía por haberlo rechazado.

- Vaya, parece que le dolió haber perdido esos cinco mil euros - acotó Giacomo

- Yo creo más bien que el chico se obsesionó contigo por haber hecho que perdiera esa apuesta, al punto que, puedo asegurar, se enamoró de ti - la observación de Enrico sorprendió a los presentes.

- ¿Y tu amiga? - preguntó Angelo tratando de cambiar de tema.

- Está trabajando en una textilera que está en las afueras de la ciudad...

- ¿En cual?

- Lo único que sé es que es algo de Visconti...

- Vaya, ¿recuerdas a Francesco? - ante el asentimiento de Gio Angelo informó - la familia de él es dueña de esa textilera.

- Creo que ya se hizo tarde y hay que volver a la oficina - anunció Giacomo - si me permiten ustedes esta vez el almuerzo lo invito yo - sacó su tarjeta de crédito y se la ofreció al mozo, el cual se había acercado rápidamente a su señal.

Una vez cancelada la cuenta, abandonaron el restaurante bajo la atenta mirada de Massimo y Laura.

De camino a la empresa, Angelo invitó a cenar a Gio, invitación que fue aceptada por el joven con la condición de que el gasto corriera de parte de ambos.



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- Ciao Francesco adivina a quien he vuelto a ver hoy

- Si fuera adivino, habría aprobado todos los ramos Angelo...sácalo fuera ya - le vena sarcástica típica de los hombres Visconti salió a relucir.

- Reprobaste por andar de falda en falda amico (amigo) y no haber estudiado - reprochó Rossetti.

El joven Visconti bufó ante el regaño de su amigo

- Estoy esperando que me digas...

- Giovanni - dijo Angelo - ¿te suena?

- ¿el ragazzo femminella (chico marica) que nos encontramos hace mas de una semana?

- No le digas así - reprochó Rossetti

- Vaya, si no te conociera diría que tus gustos están cambiando, después de cómo criticas a tu tío político...

- No me salgas con esas ahora...

- Ya, cuenta, lo viste ¿y?

- está trabajando como becario en nuestra empresa y mi papá me solicitó que lo ayudara a ambientarse...

- ¿Y cual fue tu precio?

- ¡ oye!, ¡que me ofendes!

- No te hagas el santo conmigo Angelo que los dos sabemos que tu jamás haces algo si no obtienes nada a cambio.

- Un Lamborghini y un fin de semana en Montecarlo con todos los gastos pagados.

Francesco lanzó un silbido que hizo que el oído de Angelo se resintiera.
- Tu si que te haces valer amico - reconoció con admiración el joven Visconti...¿y como va tu misión?

- Bene, ma... (bien , pero)

- ¿ma ché? (pero qué)

- creo cui mi preme (que me importa)

- Ma che cosa dici? (pero que cosa dices) ¿te sientes atraído por él?

- Si - aceptó Angelo

- pero amigo ¡tu no eres gay!.

- Eso ni yo mismo lo sé Francesco...lo único que puedo asegurarte es que cuando lo ví no podía dejar de mirarlo y cuando me dio la mano... ¡me excité amigo! Y eso ya es algo.

- Bueno, yo no seré quien te condene por sentir algo por ese chico... porca miseria! (maldito sea)

- ¿A que viene tanta maldición?

- que soy el único heterosexual de los tres...Luca se casa con ese modelo, tu ahora sientes "cosas" por el chico ese y yo aquí sin ni siquiera haber podido aprobar un simple ramo.

- Tengo una información que alegrará tu día y te hará olvidar todos tus problemas...la amiga de Gio está trabajando en la textilera de tu familia.

- ¿En cuál de todas? Sabes que aquí tenemos dos, otra en Florencia, otra en Nápoles...

- Sólo se que está aquí...

- Gracias amigo...con esto aceptaré a tu amorcito sin chistar jejejej

- Ey, que no sé si haré algo...ya sabes no quiero equivocarme...

- Lo sé amigo. Te corto porque voy al club, es el privilegio que ahora no tienes por entrar al mundo laboral - después de la pulla Visconti colgó

- buffone (payaso) - Angelo colgó y siguió trabajando.

El primer mes pasó sin contratiempos, Enrico asistía todos los días a la oficina para conversar con Gio, fueron un par de veces de compras y confirmó por si mismo lo que su tía le había dicho...Giovanni tenía la educación de un joven aristócrata.
Angelo almorzó y cenó con él todos los días, los que aprovechó para conocer al menor y confirmar sus sospechas sobre si mismo...Los modales que alguna vez le molestaron, ahora le fascinaban al verlos siendo utilizados por Giovanni y...aceptó ser bisexual. Gio tras estudiar atentamente los mapas de Roma, aprendió los recorridos de los autobuses y consiguió trasladarse ahorrando el dinero del taxi.
Francesco por su parte, en menos de un mes consiguió conquistar el corazón de Lidia, pero siempre tratándola con respeto.
Massimo fue un espectador más de los cambios que hubo en el temperamento de su hijo durante ese mes. El empresario tuvo que afirmarse al escritorio para no caerse al descubrir en el ordenador portátil de su vástago, una foto de Gio con los ojos cerrados, mordiendo su labio inferior y lanzando una moneda de espaldas, a lo que parecía ser la Fontana di Trevi...aquella foto estaba siendo usada como protector de pantalla y fondo de escritorio a la vez. Sin pensarlo dos veces llamó a su hermano, que en menos de tres minutos se hizo presente en la oficina.

- ¿Me necesitas?

- Te llamé para informarte que no serás tio abuelo

- che? (que)

Massimo mostró la fotografía.

- Lo veo y no lo creo, pero no entiendo...ni siquiera se le ha insinuado - informó Giacomo

- No se atreve - opinó Massimo - mi hijo debe estar desesperado, está acostumbrado a tratar con chicas fáciles. He pedido el estado de cuenta de su tarjeta y en más de un mes no ha comprado joyas, ni flores...y si tiene esa fotografía en algo tan personal como su portátil es porque sus intenciones son serias fratello.

- Es que no entiendo, porqué ha esperado tanto tiempo...

- Porque sabe que no hay competencia...

- quieres decir que...

- Hay que echarle una mano y hacer que se decida a cortejarlo

- Ma da dove (pero cómo)

- Hoy hay junta directiva Giacomo y Fabio estará presente y...

- Entiendo, pero cómo vas a hacer para que ellos se encuentren

- mero mio fratello (simple hermano mio) dejarás algunos informes olvidados en tu oficina y le pedirás a Gio que los traiga y voilá.

- eres todo un aprendiz de Maquiavelo fratello.

El mas joven regresó a su oficina a preparar la junta que sería en una hora y divertido por que vería a su sobrino vivir lo que en carne propia había experimentado cuando Fabio posó sus ojos en Enrico.



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La junta avanzaba lentamente y Angelo miraba a cada momento su reloj, ansioso porque llegara la hora del almuerzo.
Cuando llegó el turno para que el área de marketing expusiera, Giacomo inocentemente se disculpó por haber dejado los informes en su oficina, y acercándose al intercomunicador accionó el botón que comunicaba con el área a su cargo.

- Giovanni, se quedaron los informes sobre mi escritorio,¿ mi fa la gentilezza di (me harías el favor) de traérmelos a la sala de juntas? - miró a los reunidos - los informes llegarán en dos minutos.

El elevador tardó un poco más de lo debido y Gio, cuando llegó al piso donde se ubicaba la sala de juntas, corrió hasta ella y dio un par de toques a la puerta.

- Avanti (adelante) - escuchó que dijeron del interior y abrió la puerta para entrar.

Tras correr, algunos cabellos se soltaron del lazo con el cual amarraba su pelo (recomendación de Enrico), sus mejillas estaban sonrosadas y su respiración era un poco agitada por la carrera. No se detuvo a mirar si estaba presentable e ingresó mirando directamente hacia Giacomo sin darse cuenta que Fabio Castiglioni abría los ojos desmesuradamente para recorrer su cuerpo.
Luca, que estaba sentado al lado de Angelo opinó.

- Creo que Enrico perdió el titulo del "pasivo más deseable de Roma"

- ¿porqué lo dices?

- porque mi hermano se está comiendo con la mirada a ese ragazzo.

Enrico miró a Fabio y la intensa mirada que tenía sobre el chico que él quería, lo hizo enfurecer.

- Pues tendrá que buscarse a otro, porque Gio no está disponible - declaró sin poder evitar que sus palabras fueran escuchadas por la mayoría de los presentes.

Mientras Giacomo revisaba que todos los papeles estuvieran en orden, Gio se sentía nervioso al sentirse observado.

- Me gustaría que te quedaras - le informó su jefe - puedes ocupar el lugar libre que está junto a Angelo.

Gio se encaminó con paso lento hacia donde estaba su "amigo" y se sentó junto a él. Angelo discretamente tomó una de sus manos para tranquilizarlo al sentir su nerviosismo, él lo miró agradecido y el joven Rossetti imprevistamente depositó un rápido beso en sus labios dejándolo paralizado de la impresión.

- Tranquilo, aquí estoy yo - fue lo que dijo Angelo después del breve beso.

Massimo casi se atoró con el agua que pasaba en ese momento por su garganta y Enrico frunció el ceño, como si fuera su hijo el que estaba siendo expuesto como propiedad de Angelo.

Fabio, en cambio, maldijo su suerte al saber que nuevamente perdía ante un Rossetti.


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Después de la junta, como de costumbre, ambos jóvenes fueron a una trattoria cercana a almorzar.

- Gio, yo...

- Lo sé Angelo, no necesito una explicación...lo hiciste para evitar que ese hombre me abordara,

- Esa fue una de las razones, pero no es como te lo imaginas...yo...

- ¿si?

- Tu me gustas Gio y me gustaría que me dieras una oportunidad...

- ma come mai? (pero cómo es posible?) he sabido por boca de muchas secretarias lo mujeriego que eres Angelo... non giocate con me per favore (no juegues conmigo por favor) no ahora que estoy comenzando a incamminare la mia vita (encaminar mi vida).

- Entonces, déjame conquistarte, si quieres...puedo cortejarte...

- yo no uso joyas Angelo - Rossetti se sorprendió - sé sobre todas tus tácticas de conquista y creo que sería de muy mal gusto de tu parte si te aparecieras uno de estos días con un estuche de Cartier ¿no crees? - el joven se levantó enojadísimo y sacó de su billetera unos cuantos euros y los dejó en la mesa - ahí está mi parte del almuerzo - y salió del establecimiento dejando al joven Rossetti con la palabra en la boca.

Giovanni, caminó con paso rápido tratando de poner la mayor distancia posible entre él y Angelo...después de varios metros, dio rienda suelta a su dolor y gruesas lágrimas salieron de sus ojos. Sin detenerse caminó sin parar hasta que sus pies los llevaron a cruzar el rio y detenerse en la Piazza Cavour frente al palazzo di Giustizia (palacio de justicia).

Había decidido a amar en silencio a ese hombre que creía inalcanzable para él. Sabía debería  sentirse dichoso, porque quizás su amor era correspondido; pero no podía ¿Cómo creer que el interés de Angelo por él era cierto? Su padre era un multimillonario reconocido internacionalmente y él...él era solo un número más en las estadísticas de niños abandonados.

En aquel instante recordó como de pequeño fantaseaba con que era el hijo perdido de alguna princesa y que en cualquier momento irían a rescatarlo de aquellos muros, donde la mayor parte del tiempo se la pasaba entre oraciones y lecciones de etiqueta.

Fue una tarde, hacía tres años atrás que su mundo de fantasías se vino abajo.
Descubrió una carpeta con su nombre sobre el escritorio de la hermana Sofía y la abrió.
Cuando leyó la frase "padres...desconocidos" supo que había venido a este mundo sin haber sido deseado e imaginó haber sido encontrado dentro de alguna caja de cartón llorando ... "cinco horas después de haber nacido"...era la edad exacta que tenía cuando fue ingresado al orfanato.
En ese momento odió a la mujer que no le había dado la oportunidad de demostrar que habría sido un buen hijo.
Una mano en su hombro derecho lo sacó de sus recuerdos y miró hacia atrás.

Angelo salió de trattoria tardíamente, el rechazo de Gio le dolió y luego salió en su busca para tratar de convencerlo de que sus intenciones eran serias, que ninguna de sus aventuras había sido importante. Que solo él había hecho que conociera lo que era amar. Tomó su auto y recorrió las calles en su busca, algo le hizo saber que tenía que cruzar por el puente Cavour y al llegar a la plaza del mismo nombre divisó a Giovanni sentado en una de las bancas.
Estacionó el jaguar y descendió para acercarse al dueño de su cordura...desde esa distancia vio como los hombros de Gio se agitaban y se auto flageló mentalmente por haber sido el causante de aquellas lágrimas.
Posó su mano sobre un hombro del chico y Gio volteó a mirarlo. Sus ojos enrojecidos por el llanto lo miraron con ternura infinita.

- Debes creer que soy patético e infantil al haberme ido así, sin ni siquiera decirte a donde iba - Gio rompió el silencio.

- Estabas en todo tu derecho - respondió el joven Rossetti acercando su manos al rostro del joven Buonarotti para borrar las lágrimas que aún quedaban en el.

- ¿Qué quieres de mí? - Giovanni preguntó con la esperanza de escuchar alguna palabra de amor o una declaración romántica de parte del chico.

- Por el momento, quiero cortejarte...pero con el tiempo, lo querré todo de ti...

- ¿Qué quieres decir con todo? - no pudo evitar preguntar

- Querré, tus penas, tus alegrías, tu cuerpo, tus orgasmos, tu corazón y tu alma y te prometo que jamás te arrepentirás de compartir todo eso conmigo...

- ¿Porqué yo? No sabes cual es mi origen, ni yo mismo lo sé y con el tiempo sé que vas a lamentar haberte involucrado con alguien como yo.

- ¿Alguien como tú? Giovanni, tengo la suficiente experiencia para darme cuenta que estás por encima de todas las mujeres con quien he compartido cama...

- ¿me puedes asegurar que ante el primer problema no mirarás a otro u otra?...

- Si, te seré leal y querré que tú también lo seas... pero por el momento solo te cortejaré mientras te acostumbras a la idea de tenerme presente en tu vida como algo más que amigo.

- ¿No habrá más mujeres?

Angelo tomó el rostro de Gio y efusivamente dijo

- il dí che siete mio ed io non guarderanno un'altra donna (dí que eres mío y no miraré a otra mujer)

- desiderato (acepto) ser cortejado por ti, solo te pido que no me presiones...yo... - bajó la mirada avergonzado

- lo sé, no necesito explicaciones...tu marcarás el compás de esta primera etapa Gio...pero debes saber que si llegamos a formalizar yo decidiré sobre ti...

- Pero... - Gio trató de refutar

- No quiero un simple novio Giovanni...quiero lo que mis tíos tienen...y no encuentro mejor candidato o candidata que tú para hacerme renunciar a mi soltería.

Angelo besó los labios de Gio con ternura, percatándose de que el joven no respondía y lo atribuyó a su inocencia, se sintió orgulloso de haber sido beneficiado con el privilegio de ser el primero en probar aquel néctar. Luego posó un pequeño beso en su frente.

- Creo que ahora debemos volver al trabajo o mi tío Giacomo me crucificará - miró su reloj - ya tenemos una hora de retraso.

Subieron al auto y se dirigieron a la empresa. Atravesaron las puertas acristaladas con las manos entrelazadas. Gio lo quiso así y Angelo aceptó.

El elevador los dejó en el departamento de marketing y Angelo decidió acompañarlo hasta la oficina. La coqueta secretaria de Giacomo volvió a saludarlo de forma seductora y Gio lo miró con suspicacia. Esta vez Rossetti lo atrajo hacia su cuerpo tomándolo de la cintura para hacerle saber a la mujer que el ya no estaba en el mercado de hombres disponibles... Gio sonrió y cuando llegaron al pequeño despacho donde laboraba el menor Angelo se despidió con un breve beso.

- Ti voglio bene (te quiero mucho), recuérdalo siempre. Pasaré por ti a las seis.

Giovanni quedó mirando a la nada sin poder creer que aquel chico correspondiera a sus sentimientos.

1 comentario:

  1. Querré, tus penas, tus alegrías, tu cuerpo, tus orgasmos, tu corazón y tu alma y te prometo que jamás te arrepentirás de compartir todo eso conmigo...

    Impresionante !!!

    Ahora que conozco la historia entera de Giacomo y Enrico estoy mas enamorada si cabe de esta pareja Angelo y Gio novios, POR FIN !!! ... que ganas tengo de ver como les va a estos dos .
    A POR EL SIGUIENTE CAPÍTULO...

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